Ataron los anillos del pectoral a los anillos del efod con un cordón de hilo azul, para que el pectoral no se soltara del efod, como el Señor había ordenado a Moisés.
Hicieron dos anillos de oro más y los fijaron en la parte inferior de las dos hombreras de la parte delantera del efod, cerca de donde se une a su cintura tejida.
Por el contrario, Dios eligió las cosas que el mundo considera necedad para humillar a los que creen que son sabios. Escogió las cosas que el mundo considera débiles, para humillar a los que creen que son fuertes.