las copas, los adornos para las mechas, los aspersorios, la vajilla y los incensarios que también eran todos de oro puro; y las bisagras de oro para las puertas del santuario interior, el Lugar Santísimo, además de las puertas de la sala principal del Templo.
Sin embargo, el dinero recaudado para el Templo del Señor no se utilizaba para fabricar jofainas de plata, adornos para lámparas, cuencos, trompetas o cualquier otro artículo de oro o plata para el Templo del Señor.
Su ofrenda era una placa de plata que pesaba ciento treinta siclos, y un tazón de plata que pesaba setenta siclos, (usando la tasación del siclo según el santuario). Ambos estaban llenos de la mejor harina mezclada con aceite de oliva como ofrenda de grano.
Una casa majestuosa no solo tiene copas y tazas de oro y plata. También tiene algunas de madera y barro. Algunas son para uso especial; otras para funciones más comunes.