Moisés les dio todo lo que los israelitas habían contribuido para llevar a cabo el trabajo de construcción del santuario. Mientras tanto el pueblo siguió trayendo ofrendas voluntarias cada mañana,
El Señor respondió: “¿Quién es el mayordomo fiel y sabio, el miembro de la familia a quien el dueño encarga para que reparta el alimento a su debido tiempo?
Por medio de la gracia que Dios me dio, yo puse el fundamento como un supervisor calificado en obras de edificación. Ahora alguien más construye sobre ese fundamento. Quien hace la construcción debe vigilar lo que esté haciendo.