Entonces les dije: ‘El que tenga joyas de oro, que se las quite y me las dé’. Eché el oro en el horno y salió este becerro”.
El Señor trajo una plaga sobre el pueblo porque hicieron que Aarón hiciera el becerro.
Él tomó lo que le dieron y usando una herramienta moldeó un ídolo con forma de becerro. Gritaron: “Israel, estos son los dioses que te sacaron de la tierra de Egipto”.
Pero el hombre quería vindicarse, así que le preguntó a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?”
Como dice la Escritura: “Nadie hace lo recto, ni siquiera uno.