Luego hizo diez pilas de bronce. Cada una tenía capacidad para cuarenta baños y medía cuatro codos de ancho, una pila para cada una de las diez carretillas.
Cada día debes sacrificar un toro como ofrenda para el perdón por el pecado. Al hacer esto, el altar necesita ser purificado. Úngelo para hacerlo sagrado.
Durante siete días purificarás el altar y lo consagrarás. Entonces el altar se volverá completamente santo, y todo lo que toque el altar se volverá santo.