Ata las fajas alrededor de Aarón y sus hijos y ponles los tocados. El sacerdocio les pertenece para siempre. Así es como debes ordenar a Aarón y a sus hijos.
Enel Tabernáculo de Reunión, fuera del velo delante del Testimonio, Aarón y sus hijos mantendrán las lámparas encendidas en presencia del Señor desde la tarde hasta la mañana. Este requisito debe ser observado por los israelitas durante todas las generaciones.
Moisés les dijo a los levitas: “Hoy han sido dedicados al Señor porque hanactuado contra sus hijos y hermanos. Hoy han ganado una bendición para ustedes mismos”.
Úngelos de la misma manera que ungiste a su padre, para que también me sirvan como sacerdotes. Su unción hará que su linaje de sacerdotes sea eterno, para las generaciones futuras”.
Entonces Moisés hizo que los hijos de Aarón se acercaran, les vistió con sus túnicas, les ató fajas y les envolvió con cintas para la cabeza, como el Señor le había ordenado.
“No deben abandonar la entrada del Tabernáculo de Reunión durante siete días hasta que la ceremonia de ordenación haya terminado, porque la ordenación tardará siete días.
siguiendo las instrucciones que le dio el Señor a través de Moisés. Esto era para recordar a los israelitas que nadie que no sea descendiente de Aarón debe venir a ofrecer incienso ante el Señor, de lo contrario podrían terminar como Coré y los que están con él.
Pero sólo tú y tus hijos son responsables de tu sacerdocio, haciendo todo lo que concierne al altar y está detrás del velo. Sólo tú debes realizar ese servicio. Te estoy dando el don de tu sacerdocio, pero cualquier otro que se acerque al santuario debe ser ejecutado”.
Será un acuerdo que asegura un sacerdocio permanente para él y sus descendientes, porque se dedicó apasionadamente a su Dios y enderezó a los israelitas”.
Tú designarás a Aarón y a sus hijos para que tengan la responsabilidad del sacerdocio. Cualquier otro que intente actuar como sacerdote debe ser ejecutado”.
“En consecuencia, esta es la declaración del Señor: Hice la promesa definitiva de que tu familia y la de tu padre me servirían siempre como sacerdotes. Pero ahora el Señor declara: ¡Ya no más! En cambio, honraré a los que me honran, pero trataré con desprecio a los que me desprecian.