El Señor aceptó tal sacrificio, y dijo para sí mismo: “No volveré a maldecir a la tierra por culpa de los seres humanos, aunque cada uno de sus pensamientos sea perverso desde su niñez. Y no volveré a destruir a los seres vivos como lo acabo de hacer.
Entonces ofrece el segundo cordero por la tarde, con las mismas ofrendas de grano y bebida que por la mañana, un holocausto al Señor y aceptado por él.
Lavarás las entrañas y las piernas con agua, y el sacerdote lo quemará todo en el altar como un holocausto, una ofrenda de comida, para ser aceptada por el Señor.
Lavarás las entrañas y las piernas con agua, y el sacerdote lo quemará todo en el altar como una ofrenda quemada, una ofrenda de comida, para ser aceptada por el Señor.
Deben comerlo en un lugar santo, porque es la parte que os corresponde a ustedes y a sus descendientes de las ofrendas dadas al Señor. Esto es lo que me han ordenado.
y llévaselo a los hijos de Aarón, los sacerdotes. El sacerdote tomará un puñado de la mezcla de harina y aceite de oliva, así como todo el incienso, y lo quemará como un ‘recordatorio’ en el altar, una ofrenda de comida, agradable al Señor.
Los hijos de Aarón deben quemar esto en el altar sobre la ofrenda quemada que está sobre la madera ardiente, como una ofrenda de comida, agradable al Señor.
De la ofrenda de paz debes traer una ofrenda de comida al Señor hecha de su grasa: la cola entera removida de la base de la rabadilla, toda la grasa que cubre el interior,
Después de esto, Moisés los tomó y los quemó en el altar con el holocausto. Esta era una ofrenda de ordenación, una ofrenda de comida para ser aceptada por el Señor.
Yo lo elegí de todas las tribus de Israel como mi sacerdote, para ofrecer sacrificios en mi altar, para quemar incienso y llevar un efod en mi presencia. También le di a la familia de tu antepasado todos los holocaustos de los israelitas.