Todos nosotros nos hemos extraviado, como ovejas. Cada uno de nosotros ha seguido su propio camino, y el Señor permitió que toda nuestra culpa cayera sobre él.
Luego pondrá ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesará sobre él todas las faltas de los israelitas, todos sus actos de rebelión y todos sus pecados. Los pondrá sobre la cabeza del macho cabrío y lo enviará al desierto, llevado allí por un hombre elegido para hacerlo.
Pon tu mano en la cabeza de la ofrenda y mátala a la entrada del Tabernáculo de Reunión. Entonces los hijos de Aarón los sacerdotes rociarán la sangre por todos los lados del altar.
Los levitas pondrán sus manos sobre las cabezas de los toros. Uno será sacrificado como ofrenda por el pecado al Señor, y el otro como holocausto para reconciliar a los levitas con el Señor.
Dios hizo que Jesús, quien nunca pecó, experimentara las consecuencias del pecado para que nosotros pudiéramos tener un carácter recto, así como Dios es recto.