Así que todo el trabajo para el Tabernáculo, el Tarbernáculo de Reunión, estaba terminado. Los israelitas hicieron todo lo que el Señor le había ordenado a Moisés.
Deben colocar todos los utensilios usados para el servicio en el santuario en un paño azul, cubrirlos con cuero fino y colocarlos en el bastidor para transportarlos.
El candelabro estaba hecho de oro martillado desde su base hasta los adornos florales de la parte superior, de acuerdo con el diseño que el Señor había mostrado a Moisés.
“Nuestros antepasados tenían el Tabernáculo del testimonio en el desierto. Dios le había dicho a Moisés cómo tenía que hacerlo, siguiendo el modelo que había visto.
Pero el lugar donde ellos sirven es una copia, una mera sombra de lo que hay en el cielo. Y eso fue lo que Dios le dijo a Moisés cuando iba a construir el tabernáculo: “Ten cuidado de hacer todo conforme al modelo que se te mostró en la montaña”.
Esta es una ilustración para nosotros en el presente, demostrándonos que los dones y sacrificios que se ofrecen no pueden limpiar la conciencia del adorador.