No había nada en el Arca, aparte de las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en Horeb, donde el Señor había hecho un acuerdo con los israelitas después de salir de la tierra de Egipto.
Entonces Joyadá sacó al hijo del rey, le puso la corona y le entregó un ejemplar de la Ley de Dios. Lo proclamaron rey y lo ungieron. El pueblo aplaudió y gritó: “¡Viva el rey!”.
Entonces Joiada y sus hijos sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona y le entregaron un ejemplar de la ley de Dios, y lo proclamaron rey. Lo ungieron y gritaron: “¡Viva el rey!”.
Enel Tabernáculo de Reunión, fuera del velo delante del Testimonio, Aarón y sus hijos mantendrán las lámparas encendidas en presencia del Señor desde la tarde hasta la mañana. Este requisito debe ser observado por los israelitas durante todas las generaciones.
Muele un poco en polvo y colóquelo delante del Arca del Testimonio en el Terbenáculo de Reunión, donde me reuniré contigo. Será especialmente sagrado para ti.
Pon el altar delante del velo que cuelga delante del Arca del Testimonio y la tapa de expiación que está sobre el Testimonio donde me reuniré con ustedes.
Cuando Moisés bajó del Monte Sinaí llevando las dos tablas de la Ley, no se dio cuenta de que su rostro brillaba con fuerza porque había estado hablando con el Señor.
Lo siguiente es lo que se usó para el Tabernáculo del Testimonio, registrado bajo la dirección de Moisés por los levitas bajo la supervisión de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
“Nuestros antepasados tenían el Tabernáculo del testimonio en el desierto. Dios le había dicho a Moisés cómo tenía que hacerlo, siguiendo el modelo que había visto.
Dentro de este lugar estaba el altar de oro del incienso, y el “arca del pacto”, cubierta de oro. Dentro del arca se encontraba una taza de oro que contenía maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las inscripciones del pacto sobre piedras.