El santuario interior medía veinte codos de largo, veinte de ancho y veinte de alto. Mandó a cubrir el interior con un revestimiento de oro puro, así como el altar de cedro.
Dentro de este lugar estaba el altar de oro del incienso, y el “arca del pacto”, cubierta de oro. Dentro del arca se encontraba una taza de oro que contenía maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las inscripciones del pacto sobre piedras.