Josías sacrificó a todos los sacerdotes que estaban allí en los lugares altos, en los altares, y quemó huesos humanos sobre ellos. Luego regresó a Jerusalén.
“Asegúrense de no hacer un acuerdode paz con el pueblo que habita enesa tierra, porque cuando se prostituyen adorando y sacrificándose a sus dioses, los invitarán a unirse a ellos, y comerás de sus sacrificios paganos.
“No deben seguir ofreciendo sus sacrificios al diablo de las cabras con el que han actuado como prostitutas. Esta es una regulación para todos los tiempos y para todas las generaciones futuras.
Deberás amontonar todas las posesiones del pueblo en medio de la plaza pública, y quemar completamente el pueblo y todo lo que hay en él como una completa ofrenda quemada al Señor tu Dios. La ciudad debe permanecer como un montón de ruinas para siempre. Nunca debe ser reconstruida.
Puede que exista un informe de que uno de ustedes, ya sea hombre o mujer, que vive en un pueblo que el Señor su Dios le dio, ha sido encontrado pecando a los ojos del Señor su Dios al romper el pacto del Señor.