“Si el buey de alguien hiere al de otro y éste muere, debe vender al buey vivo y compartir el dinero recibido; también debe compartir al animal muerto.
Pero si se sabe que el buey ha herido repetidamente a personas con sus cuernos, y su dueño ha sido advertido pero aún no lo tiene bajo control, debe pagar una compensación completa, buey por buey; pero el dueño puede quedarse con el animal muerto”.