Asegúrate de que sean apedreados o disparados con flechas, pues no se les debe permitir vivir’. Sólo cuando escuchen un fuerte sonido de cuerno de carnero, el pueblo podrá subir a la montaña”.
Cuando llegó la mañana del tercer día hubo truenos y relámpagos, y una nube espesa cubrió la montaña. Hubo un fuerte sonido de cuerno de carnero, y todos en el campamento temblaron de miedo.
El humo se derramó sobre todo el Monte Sinaí porque la presencia del Señor había descendido como el fuego. El humo se elevó como el humo de un horno, y toda la montaña tembló furiosamente.
Y Moisés estaba con el pueblo de Dios reunido cuando el ángel le habló en el Monte Sinaí, y ahí junto con nuestros antepasados recibió la palabra viva de Dios para que nos la diera a nosotros.
Aquel día en que estuvieron en la presencia del Señor su Dios en Horeb, el Señor me dijo: “Que el pueblo venga a mí y escuche lo que tengo que decirles, para que aprendan a respetarme a lo largo de sus vidas aquí en la tierra, y para que le enseñen esto a sus hijos”.
Este fue el momento en el que me interpuse entre el Señor y ustedes para deciros lo que el Señor dijo, porque ustedes tuvieron miedo del fuego y se rehusaban a subir a la montaña. Y él les dijo: