Algunos de ellos vinieron y se quejaron a Moisés, diciendo: “¡Danos agua para beber!” Moisés respondió, “¿Por qué se quejas conmigo?” Preguntó Moisés. “¿Por qué intentan desafiar al Señor?”
Dijo: “Señor, si es verdad que eres feliz conmigo, por favor acompáñanos. Es cierto que este es un pueblo rebelde, pero por favor perdona nuestra culpa y nuestro pecado. Acéptanos como algo que te pertenece especialmente”.
Sus líderes juzgan por soborno y sus sacerdotes predican según el precio pagado. Aún así se apoyan en el Señor y dicen: “¿Acaso no está el Señor aquí con nosotros? ¡Nada malo puede sucedernos!”
ni uno solo de los que vieron mi gloria y los milagros que hice en Egipto y en el desierto, sino que me provocaron y se negaron a obedecerme una y otra vez;
“Aarón pronto se unirá a sus antepasados en la muerte. No entrará en el país que he dado a los israelitas, porque ambos desobedecieron mi orden en las aguas de Meribá.
porque cuando los israelitas se quejaron en el desierto de Zin, ambos se rebelaron contra mis instrucciones de mostrar mi santidad ante ellos en lo que respecta al suministro de agua”. (Estas fueron las aguas de Meribá en Cades, en el desierto de Zin).
Entonces los abandonaré y me alejaré de ellos, por lo tanto serán destruidos, y experimentarán muchos desastres y problemas. “En ese momento dirán: ‘¡Estamos sufriendo estos desastres porque nuestro Dios nos ha abandonado!’
A Leví le dijo: “Tu Tumim le fue dado a Leví y tu Urim a los consagrados a Dios, los que probaste en Masá y con los cuales discutiste en las aguas de Meribá.
Finés respondió a las tribus de Rubén y Gad y a la media tribu de Manasés: “Hoy sabemos que el Señor está con nosotros porque ustedes no han actuado deslealmente al hacer esto. Ahora han salvado a los israelitas de ser castigados por el Señor”.