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Referencias Cruzadas
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Éxodo 15:20

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La profeta Miriam, hermana de Aarón, cogió una pandereta y todas las mujeres la siguieron bailando y tocando la pandereta.

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33 Referencias Cruzadas  

¿Por qué te fuiste huyendo en secreto, tratando de ponerme una trampa? ¿Por qué no viniste a decírmelo? Si lo hubieras hecho, te habría preparado una Buena despedida, con música con panderetas y liras.

No lo anuncies en la ciudad de Gat, no lo proclames en las calles de Ascalón, para que las mujeres filisteas no se alegren, para que las mujeres paganas no lo celebren.

Luego, con un efod sacerdotal, David bailó con todas sus fuerzas ante el Señor

Mientras el Arca del Señor era transportada a la ciudad de David, la hija de Saúl, Mical, miraba desde una ventana. Vio al rey David saltando y danzando ante el Señor, y realmente lo aborreció.

David y todos los israelitas estaban celebrando en presencia del Señor, cantando canciones acompañadas de cítaras, arpas, panderetas, sonajas y címbalos.

El sacerdote Jilquías, Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron y hablaron con la profetisa Huldá, esposa de Salum, hijo de Ticvá, hijo de Jarjás, guardián del guardarropa. Vivía en Jerusalén, en el segundo barrio de la ciudad.

David también dio instrucciones a los jefes de los levitas para que asignaran de entre sus parientes a cantores que cantaran con alegría, acompañados por músicos que tocaran liras, arpas y címbalos.

Los hijos de Amram: Aarón, Moisés y Miriam. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

Dios mío, acuérdate de Tobías y de Sanbalat por haber hecho esto, y también de la profetisa Noadías y de los otros profetas que trataron de asustarme.

Alaben su naturaleza con danza; canten alabanzas a él con acompañamiento de panderetas y harpas.

¡Alábenle con panderetas y danza! ¡Alábenle con instrumentos de cuerdas y flautas!

Has convertido mi llanto en danza. Has quitado mis vestiduras de cilicio y me has vestido de felicidad,

El Señor con su palabra ordena un gran ejército de mujeres que predican las buenas noticias.

Los cantantes van al frente, los músicos van detrás, y en el medio las jóvenes con panderetas.

Alaben a Dios, todos los que han venido a adorar. Alaben al Señor todos los hijos del pueblo de Israel.

¡Comiencen la canción! Toquen la pandereta, la lira de sonido dulce, y el arpa.

Yla hermana del niño esperaba a cierta distancia, vigilándolo.

Tiempo de llorar, y tiempo de reír. Tiempo de llorar, y tiempo de bailar.

Voy a reconstruirte, y así será. Serás reconstruida, Virgen Israel. Volverás a coger tus panderetas y saldrás a bailar con alegría.

Porque yo te saqué de la tierra de Egipto y te rescaté de la esclavitud. Envié a Moisés, a Aarón, y a Miriam, como sus dirigentes.

Pero Miriam y Aarón criticaban a Moisés por su esposa, pues Moisés se había casado con una mujer etíope.

“¿Acaso el Señor solo habla a través de Moisés?” , cuestionaban. “¿No habla también a través de nosotros?” Y el Señor escuchó todo esto.

Fue durante el primer mes del año que todos los israelitas llegaron al desierto de Zin y establecieron un campamento en Cades. (Aquí fue donde Miriam murió y fue enterrada).

y el nombre de la esposa de Amram era Jocabed. Era descendiente de Levi, nacida mientras los levitas estaban en Egipto. Tuvo hijos con Amram: Aarón, Moisés y su hermana Miriam.

Ana, la profetisa, vivía también en Jerusalén. Ella era la hija de Fanuel, de la tribu de Aser, y ya estaba muy vieja. Había estado casada por siete años

Y Felipe tenía cuatro hijas solteras que profetizaban.

La cabeza de una mujer es deshonrada si ora o profetiza con su cabeza descubierta, es como si tuviera su cabello rapado.

“Las mujeres deben permanecer en silencio en las iglesias. No deberían hablar. Deben tener respeto por su situación, como lo dicen las leyes.

Cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa, su hija salió a recibirlo con panderetas y bailes. Era su única hija; no tenía ningún hijo ni hija aparte de ella.

Estén atentos, y cuando vean a las jóvenes de Silo salir a hacer sus danzas, salgan corriendo de las viñas, y cada uno de ustedes secuestre una esposa para sí mismo y regrese a su casa en la tierra de Benjamín.

Débora, esposa de Lapidot, era profeta y dirigía a Israel como juez en ese momento.

“A continuación llegarás a Guibeá de Dios, donde los filisteos tienen una guarnición. Al entrar en la ciudad, te encontrarás con una procesión de profetas que desciende del lugar alto, tocando arpas, panderetas, flautas y liras, y estarán profetizando.

Cuando los soldados regresaron a casa después de que David había matado al filisteo, las mujeres de todos los pueblos de Israel salieron cantando y bailando al encuentro del rey Saúl, celebrando alegremente con panderetas e instrumentos musicales.




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