Pero Dios se le apareció a Abimelec en un sueño, y le dijo: “¡Presta atención! Morirás, porque la mujer que has tomado ya está casada. Ella tiene un esposo”.
Los oficiales del Faraón se acercaron a él y le preguntaron: “¿Cuánto tiempo vas a dejar que este hombre nos cause problemas? Deja que esta gente se vaya para que puedan adorar al Señor su Dios. ¿No te das cuenta de que Egipto ha quedado destruido?”
El Señor le dijo a Moisés: “Hay una última plaga que derribaré sobre el Faraón y sobre Egipto. Después de eso os dejará marchar, pero cuando lo haga, os expulsará a todos del país.
Como su masa de pan no tenía levadura, los israelitas cocinaron lo que habían sacado de Egipto en panes sin levadura. Esto se debió a que cuando fueron expulsados de Egipto tuvieron que salir de prisa y no tuvieron tiempo de prepararse la comida.
Pero el Señor le dijo a Moisés: “Ahora verás lo que le haré al Faraón. Con mi gran fuerza lo obligaré a dejarlos ir; por mi poder los enviará fuera de su país”.