El Faraón llamó a Moisés y a Aarón durante la noche y les dijo: “¡Fuera de aquí! ¡Dejen a mi pueblo, ustedes dos y los israelitas! Váyanse, para que puedan adorar al Señor como lo han pedido.
“Todos iremos”, respondió Moisés. “Jóvenes y viejos, hijos e hijas, y llevaremos nuestros rebaños y manadas con nosotros, porque vamos a celebrar unafiesta para el Señor”.
El Señor le dijo a Moisés: “Hay una última plaga que derribaré sobre el Faraón y sobre Egipto. Después de eso os dejará marchar, pero cuando lo haga, os expulsará a todos del país.
Todos tus oficiales vendrán a mí, se inclinarán ante mí y me dirán: ‘¡Vete y llévate a todos tus seguidores!’ Después de eso me iré”. Moisés se enfadó mucho y se fue de la presencia del Faraón.
Como su masa de pan no tenía levadura, los israelitas cocinaron lo que habían sacado de Egipto en panes sin levadura. Esto se debió a que cuando fueron expulsados de Egipto tuvieron que salir de prisa y no tuvieron tiempo de prepararse la comida.
Pero el Señor le dijo a Moisés: “Ahora verás lo que le haré al Faraón. Con mi gran fuerza lo obligaré a dejarlos ir; por mi poder los enviará fuera de su país”.
El Faraón llamó a Moisés y a Aarón y les suplicó: “Oren al Señor y pídanle que me quite las ranas a mí y a mi pueblo. Entonces dejaré ir a tu pueblo para que pueda ofrecer sacrificios al Señor”.