y colóquense el calzado de la prontitud para compartir la buena noticia de paz.
Qué bonitos son tus pies con sandalias, princesa! Tus muslos curvados son como adornos hechos por un maestro artesano.
¡Qué espectáculo tan maravilloso en las montañas es el que corre a traer buenas noticias, anunciando la paz y la buena nueva, anunciando la salvación, diciendo a Sión: “Tu Dios reina!”
El Señor Dios es mi fuerza. Él me hace caminar sobre montes altos, con la seguridad de un ciervo. (Al director musical: con instrumentos de cuerda).
Podían usar sandalias, pero no debían llevar ropa adicional.
“Pero el padre le dijo a sus siervos: ‘Rápido, traigan la mejor túnica y póngansela. Pónganle un anillo en su dedo y sandalias en sus pies.
¿Cómo podrán ir a hablarles si no se les envía? Tal como dice la Escritura: “Bienvenidos son los que traen la buena noticia!”
Que los cerrojos de tu puerta sean fuertes como el hierro y el bronce, y que seas fuerte toda tu vida”.