Descendiste en el monte Sinaí. Les hablaste desde el cielo. Les diste caminos correctos para vivir, leyes verdaderas, y buenos reglamentos y mandamientos.
Ester seguía sin dejar que nadie supiera de su familia o de su nacionalidad, como le había ordenado Mardoqueo. Siguió las instrucciones de Mardoqueo tal como lo hizo cuando la educó.
Las instrucciones de Dios son buenas, y traen alegría a las personas. Los mandamientos de Dios son sinceros, y ayudan a la gente a ver lo que está realmente bien.
Se han seguido las instrucciones de Jonadab hijo de Recab. Él ordenó a sus descendientes que no bebieran vino, y no lo han bebido hasta hoy porque han obedecido el mandato de su antepasado. Pero yo les he dicho una y otra vez lo que deben hacer, ¡y sin embargo se niegan a obedecerme!
Entonces Jeremías dijo a los recabitas Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Como ustedes han obedecido las instrucciones de su antepasado Jonadab y han seguido sus órdenes y han hecho todo lo que él les dijo que hicieran,
“Hemos hecho exactamente lo que nos dijo nuestro antepasado Jonadab hijo de Recab. Ninguno de nosotros ha bebido nunca vino, y eso incluye a nuestras esposas y a nuestros hijos e hijas, así como a nosotros.
¿Quién es sabio para entender todo esto? ¿Quién tiene el discernimiento para entender? Los caminos del Señor son rectos, pero los rebeldes se tropiezan y caen.
No sigan los caminos de este mundo; por el contrario, sean transformados por la renovación espiritual de sus mentes, a fin de que puedan demostrar cómo es realmente la voluntad de Dios: buena, agradable, y perfecta.
Por favor, recíbanla en el Señor, como deben hacerlo los creyentes, y ayúdenla en todo lo que necesite, porque ha sido de gran ayuda para mucha gente, incluyéndome a mí.
Así que, mis queridos hermanos y hermanas: sean fuertes, permanezcan firmes, haciendo todo lo que puedan por la obra del Señor, pues saben que ninguna cosa que hagan por él es en vano.
Pues la responsabilidad cristiana de los hijos o nietos de una viuda es cumplir con las obligaciones que exige su familia, y pagar a sus padres ayudándolos. Esto es lo que agrada a Dios.
David se levantó de madrugada y dejó el rebaño con un pastor. Tomó las provisiones y se puso en marcha como se lo había dicho Isaí. Llegó al campamento justo cuando el ejército marchaba hacia su línea de batalla, gritando el grito de guerra.