¿No saben que sus cuerpos son parte del cuerpo de Cristo? ¿Debería tomar las partes del cuerpo de Cristo y unirlas con una prostituta? ¡Por supuesto que no!
Tales personas no están conectadas con la cabeza que dirige al cuerpo, que se nutre y se mantiene unido por medio de los tendones y los músculos. Cuando el cuerpo está unido, crece como Dios quiere.