Mientras Pedro aún hablaba, una nube brillante los cubrió. Entonces se escuchó una voz que salía desde la nube, que decía: “Este es mi hijo a quien amo, el cual me complace. Escúchenlo”.
“Todo el que los oye a ustedes me oye a mí, y todo el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí. Pero cualquiera que me rechaza a mí, rechaza al que me envió”.
el Espíritu de verdad, que siempre estará con ustedes. El mundo no puede aceptarlo porque ellos no lo buscan y no lo conocen. Pero ustedes lo conocen porque él vive con ustedes y estará en ustedes.
Pero ¿cómo podrá la gente invocar a alguien en quien no creen? ¿Cómo podrían creer en alguien de quien no han escuchado hablar? ¿Y cómo podrían escuchar si no se les habla?
En Él ustedes también han escuchado la palabra de verdad, la buena noticia de su salvación. En Él, puesto que creyeron en él, fueron sellados con el sello de la promesa del Espíritu Santo,
que vino a ustedes, así como a todo el mundo, esparciéndose ampliamente y dando resultados. Del mismo modo ha dado resultados en ustedes, desde que lo oyeron y comprendieron la naturaleza de la gracia de Dios.
También sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha ayudado a entender, para que podamos reconocer al que es verdadero. Vivimos en él, que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios, y es vida eterna.