Entonces animaron a los creyentes a mantenerse firmes y a seguir creyendo en Jesús. “Tenemos que pasar por muchas pruebas para entrar al reino de Dios”, decían.
Si estamos angustiados, es para su consuelo y salvación. Si estamos siendo consolados, es para consuelo de ustedes, que los ayuda a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros padecemos.
Les dirá: “¡Escuchen, hombres de Israel! Hoy van a luchar contra sus enemigos. No se pongan nerviosos ni tengan miedo; no se dejen llevar por el pánico ni tengan temor de ellos.
Estoy feliz de tener dificultades por causa de ustedes, porque por las cosas que me ocurrieron físicamente soy parte de los sufrimientos de Cristo que él mismo sigue experimentando por causa de su cuerpo, la iglesia.