Sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, al seguir las repugnantes prácticas paganas de las naciones que el Señor había expulsado ante los israelitas.
Como siempre he dicho: “La sabiduría es mejor que la fuerza”. Sin embargo, la sabiduría de ese pobre hombre fue desestimada: la gente no prestó atención a lo que decía.
Así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés, estos maestros también se oponen a la verdad. Son personas con mentes corruptas cuya supuesta fe en Dios es una mentira.
Cuando Acán, hijo de Zéraj, actuó deslealmente al tomar cosas consagradas, ¿no sufrió el castigo todo Israel? No fue el único que murió a causa de su pecado’”.
Sin embargo, los israelitas no habían sido fieles respecto a las cosas apartadas para el Señor. Acán había tomado algunas de ellas, lo cual hizo que el Señor se enojara mucho con los israelitas. Acán era hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.
Los hombres de Hai mataron a unos treinta y seis de ellos, persiguiendo a los israelitas desde la puerta del pueblo hasta que fueron derrotados, matándolos mientras descendían. Los israelitas se asustaron y perdieron todo su espíritu para luchar.