Es mejor escuchar las palabras tranquilas de un sabio que los gritos de un gobernante de insensatos.
La crítica honesta es de mayor estima que la adulación.
Las palabras sabias son beneficiosas, pero los necios se destruyen a sí mismos con lo que dicen.
Es mejor escuchar la crítica de un sabio que la canción de los necios.
No gritará ni vociferará; no levantará la voz en la calle.
No se dará por vencido ni se desanimará hasta que haya conseguido que la justicia se mantenga en todo el mundo. Incluso las tierras de ultramar esperarán sus enseñanzas.
Y cuando terminó de hablar, despidió a la multitud.
porque el enojo humano no refleja el verdadero carácter de Dios.