Eclesiastés 8:4

Versión Biblia Libre

Las órdenes del rey tienen autoridad suprema; ¿quién va a cuestionarle diciendo: “Qué haces”?

Referencias Cruzadas

2 Samuel 24:4

Pero el rey se mostró inflexible, así que Joab y los comandantes del ejército dejaron al rey y fueron a censar al pueblo de Israel.

1 Reyes 1:30

diciéndote que tu hijo Salomón será el próximo rey y que se sentará en mi trono en lugar de mí, juro que lo haré hoy”.

1 Reyes 2:25

El rey Salomón envió a Benaía, hijo de Joyadá, quien cumplió las órdenes del rey y ejecutó a Adonías.

1 Reyes 2:46

Entnoces el rey ordenó a Benaía, hijo de Joyadá, que ejecutara a Simí, así que éste fue y mató a Simí. De esta manera, el dominio de Salomón sobre el reino quedó asegurado.

Esdras 6:13

Tatnai, el gobernador de la provincia al oeste del Éufrates, Setar-boznai, y sus compañeros oficiales cumplieron fielmente lo que el rey Darío había decretado.

Job 9:12

Si él quita, ¿Quién podrá impedírselo? ¿Quién va a preguntarle: ‘Qué haces’?

Éxodo 1:18

Entonces el rey de Egipto llamó a las parteras y les preguntó: “¿Por qué han hecho esto, y han dejado vivir a los niños varones?”

Proverbios 19:12

Cuando un rey se enoja, se escucha como un león rugiente. Pero su bondad es tan suave como el rocío sobre la hierba.

Proverbios 20:2

Cuando un rey se enoja en gran manera, se escuchará como un león rugiente. Quien haya causado su enojo corre el riesgo de ir a la muerte.

Proverbios 30:31

El estornino que revolotea, el ciervo, y el rey con su ejército.

Daniel 3:15

“¿Están dispuestos ahora a postrarse y adorar la estatua que hice cuando oigan el sonido de los instrumentos musicales? Si no lo haces, serás arrojado inmediatamente al horno de fuego ardiente, ¡y no hay dios que pueda salvarte de mi poder!”

Daniel 4:35

Todos los que viven en la tierra son como nada comparados con él. Él hace lo que quiere entre las huestes celestiales y entre los que viven en la tierra. Nadie puede retenerlo de lo que hace, ni preguntarle: “¿Qué haces?” .

Romanos 9:20

Y esa no es manera de hablar, porque ¿quién eres tú, —un simple mortal—, para contradecir a Dios? ¿Puede alguna cosa creada decirle a su creador: “por qué me hiciste así?”