Nunca vio la luz del día ni supo lo que era vivir. Sin embargo, el niño encuentra el descanso, y este hombre no.
“La vida es corta y está llena de problemas,
Que sean como la baba de los caracoles que se disuelve, como un niño que no nació y nunca vio la luz del día.
Qué dulce es vivir en la luz, ver salir el sol un día más.
Pero lo mejor de todo son los que nunca han existido: no han visto las cosas malas que la gente se hace entre sí aquí en la tierra.
La forma en que un niño que nace muerto viene al mundo y luego se va es dolorosamente difícil de entender -se va en la oscuridad- y nunca se sabe quién habría sido.
Aunque este hombre viviera mil años dos veces, no sería feliz. ¿Acaso no acabamos todos en el mismo lugar: la tumba?