Cuando morimos, nos vamos tan desnudos como cuando nacimos, sin llevarnos nada de todo lo que hemos trabajado.
“Estaba desnudo cuando salí del vientre de mi madre, y estaré desnudo cuando me vaya”, dijo. “El Señor dio, y el Señor ha quitado. Que el nombre del Señor sea honrado”.
“¿Acaso un hombre sabio respondería con un ‘conocimiento’ tan vacío que no es más que un montón de aire caliente?
Porque no se llevarán nada con ellos cuando mueran; sus riquezas no irán con ellos a la tumba.
Ponen su dinero en malas inversiones y lo pierden todo. Cuando nacemos, no traemos nada al mundo.
El Señor tiene además una acusación en contra de Judá, y castigará a Jacob por las acciones del pueblo. Les pagará conforme a lo que han hecho.
Pero Dios le dijo: ‘¡Hombre necio! Esta misma noche vienen a quitarte la vida, ¿quién se quedará entonces con todo lo que has guardado?’
Pues nosotros no trajimos nada al mundo, y tampoco podemos llevarnos nada.