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Referencias Cruzadas
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Eclesiastés 5:13

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Aquí he observado algo que es realmente enfermizo: Las personas que acumulan dinero se perjudican a sí mismas.

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29 Referencias Cruzadas  

Abrán recuperó todo lo que ellos habían tomado, incluyendo a Lot y sus posesiones, y además trajo consigo a las mujeres y a otras personas que habían sido capturadas.

De inmediato Lot fue a hablar con los hombres que estaban comprometidos con sus hijas. “¡Levántense y salgan de aquí!” les dijo, “porque el Señor está a punto de destruir la ciudad!” Pero ellos pensaron que se trataba de una broma.

Pero la esposa de Lot, que se había quedado atrás, miró hacia atrás y de inmediato se convirtió en una estatua de sal.

Porque su codicia nunca fue satisfecha, no queda nada que les guste y que no hayan consumido.

Esto es lo que te ocurrirá, si te enriqueces cometiendo crímenes: ¡Morirás!

Los necios mueren por su propia rebeldía. Los tontos son destruidos por su descuido.

La riqueza no te ayudará en el día del juicio, pero la bondad te salvará de la muerte.

No te desgastes tratando de volverte rico. ¡Sé sabio y no te afanes en ello!

porque la riqueza no dura para siempre. Es una corona que anda por generaciones.

¿Qué pasa con alguien que no tiene familia que le ayude, ni hermano ni hijo, que trabaja todo el tiempo, pero no está satisfecho con el dinero que gana? “¿Para quién estoy trabajando?” , se pregunta. “¿Por qué me impido disfrutar de la vida?” . Una situación así es difícil de explicar: ¡es un negocio malvado!

Ponen su dinero en malas inversiones y lo pierden todo. Cuando nacemos, no traemos nada al mundo.

Examiné todas estas cosas, y pensé en todo lo que sucede aquí en la tierra, y en el daño que se causa cuando la gente domina a los demás.

Ese día la gente tomará los ídolos de plata y oro que construyeron para adorar y los arrojarán a las ratas y a los murciélagos.

Su plata y su oro no los salvarán el día de la ira del Señor. Toda la tierra será consumida con el fuego del celo de su ira. Él se asegurará de que la destrucción de los habitantes del mundo sea repentina y completa.

“Había un hombre que era rico. Él usaba ropas púrpura y linos finos, y disfrutaba una vida de lujos.

Pero Zaqueo se puso en pie y dijo delante del Señor: “¡Mira, daré la mitad de todo lo que poseo a los pobres, y si he estafado a alguno, le pagaré hasta cuatro veces!”




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