Entonces el ángel le dijo: “¡No toques al niño! No le hagas nada, porque ahora sé que realmente obedeces a Dios, pues no te negaste a darme a tu hijo, a tu único hijo”.
Haz lo que Dios te ordena, sigue sus caminos. Guarda sus normas, sus mandatos, sus leyes y reglamentos, tal como están escritos en la Ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que te propongas.
Entonces usé mi mente para examinar la atracción del vino en mi cuerpo. Como mente aún me guiaba con sabiduría, lo tomé hasta que actué como un insensato, para ver si esto era bueno para la gente durante su tiempo aquí.
También llegué a la conclusión de que todo lo que Dios hace dura para siempre: no se le puede añadir ni quitar nada. Dios actúa así para que la gente lo admire.
¿Quién sabe lo que es mejor para nosotros y nuestras vidas? Durante nuestras cortas vidas, que pasan como sombras, tenemos muchas preguntas sin respuesta. Y quién puede decirnos qué pasará cuando nos hayamos ido?
Los que siguen sus órdenes no se verán involucrados en hacer el mal. La gente sabia piensa, reconociendo que hay un tiempo correcto, y una manera correcta.
Pueblo de Israel, ¿qué quiere el Señor su Dios de ustedes? Quiere que respeten al Señor su Dios siguiendo todos sus caminos. Quiere que lo amen. Quiere que adoren al Señor su Dios con toda su mente y con todo su ser,
Aquel día en que estuvieron en la presencia del Señor su Dios en Horeb, el Señor me dijo: “Que el pueblo venga a mí y escuche lo que tengo que decirles, para que aprendan a respetarme a lo largo de sus vidas aquí en la tierra, y para que le enseñen esto a sus hijos”.
Esto es para que tú y tus hijos y nietos muestren respeto al Señor tu Dios a lo largo de sus vidas guardando todas sus reglas y preceptos que yo te doy, y para que tengas una larga vida.
Y se escuchó una voz que provenía desde el trono, y dijo: “Alaben a nuestro Dios, todos los que le sirven y lo respetan, desde el más pequeño hasta el más grande”.