No dejes que tu boca te haga pecar. Y no le digas al sacerdote que tu voto fue un error, pues ¿por qué enemistarte con Dios rompiendo tu promesa? Podría hacer caer sobre ti tu propia maldición.
Una buena persona saca cosas buenas de las cosas buenas que tiene guardadas, y una persona mala saca cosas malas de las cosas malas que tiene guardadas.
“‘Te juzgaré por tus propias palabras,’ respondió el rey. ‘Sabes que soy un hombre duro, “que tomo lo que no me pertenece, y cosecho lo que no sembré”.
Y todos expresaron su aprobación hacia él, asombrados por las palabras que salieron de sus labios. “¿Acaso no es este el hijo de José?” se preguntaban ellos.
No usen lenguaje sucio. Digan palabras que animen a las personas cuando sea necesario, de tal modo que sean palabras de ayuda para quienes los escuchan.