El sol sale, y el sol se pone, y luego vuelve corriendo a su lugar para salir de nuevo.
En tanto exista la tierra, no faltará la temporada de siembra y de cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, así como el día y la noche”.
Como el ciervo brama por las aguas mansas, así mi alma tiene sed de ti, Dios.
hasta que una lanza traspasa su hígado, como un ave que vuela y queda atrapada, y no sabe que pagará con su vida.
Esto es lo que dice el Señor: Si fueras capaz de romper mi acuerdo con el día y con la noche, para que no llegaran a su hora,
El sol y la luna se detuvieron en el cielo mientras tus flechas volaban y tus lanzas emanaban luz.