Esto es lo que dice el Señor: Ve y ponte de pie en el patio del Templo y entrega todo el mensaje que te he ordenado dar a todos los que vengan de todos los pueblos de Judá a adorar allí. No omitas ni una sola palabra.
Les aseguro que hasta que el cielo y la tierra lleguen a su fin, ni una sola letra, ni un solo punto que está en la ley quedarán descontinuados antes de que todo se haya cumplido.
Hermanos y hermanas, aquí tenemos un ejemplo de la vida diaria. Si se alista un contrato y este es acordado, firmado y sellado, nadie puede ignorarlo o añadirle más cosas.
Este fue el momento en que el Señor me ordenó que les enseñara las normas y preceptos que deben seguir cuando lleguen al país que vas a poseer una vez que hayan cruzado el Jordán.
Observen sus preceptos y normas que les doy ahora mismo, para que les vaya bien a ustedes y a sus hijos, y para que tengan una larga vida en el país que el Señor su Dios les da para siempre.
Escuchen, yo les he enseñado los preceptos y normas tal y como el Señor mi Dios me ordenó, para que puedan seguirlos en el país al que van a entrar y poseer.
Sé fuerte y muy valiente, y asegúrate de obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ha ordenado seguir. No te apartes de ella, ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo que hagas.
Josué leyó cada palabra de las instrucciones de Moisés a toda la asamblea israelita, incluidas las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos.