Les dirá: “¡Escuchen, hombres de Israel! Hoy van a luchar contra sus enemigos. No se pongan nerviosos ni tengan miedo; no se dejen llevar por el pánico ni tengan temor de ellos.
Él tiene ayuda humana, pero nosotros tenemos al Señor Dios de nuestro lado para ayudarnos y librar nuestras batallas”. El pueblo se animó con este discurso de Ezequías, rey de Judá.
Pero Moisés le dijo al pueblo: “No tengan miedo. Quédense donde están y verán cómo el Señor nos salvará hoy. Los egipcios que ven ahora, ¡no los volverán a ver nunca más!
En consecuencia, escuchen lo que dice el Señor Dios: ¡Mira! Estoy colocando una piedra fundamental en Jerusalén, una piedra fuerte y bien probada. Es una piedra angular valiosa que proporciona un fundamento firme. El que confía en ella no quedará suelto.
Dile que se calme y se calle. No tengas miedo ni te asustes por un par de trozos de leña que arden, por la ira ardiente de Rezín y Aram, y del hijo de Remalías.
No se rebelen ni luchen contra el Señor. No hay que tener miedo de la gente que vive en el campo, ¡podemos cogerlos fácilmente! Están indefensos y el Señor está con nosotros. ¡No les tengan miedo!”
No tengan miedo de aquellos que pueden matarlos físicamente, pero que no pueden matarlos espiritualmente. En lugar de ello, tengan miedo de Aquel que puede destruirlos física y espiritualmente en Gehena.
“¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Por qué tienen tan poca confianza?” les preguntó Jesús. Entonces se levantó y ordenó a los vientos y las olas que se detuvieran. Y todo quedó completamente en calma.
¡Miren que el Señor su Dios les ha dado la tierra! Vayan y tomen posesión de la tierra como el Señor, el Dios de sus antepasados, les ha dicho. No se asusten ni tengan miedo”.
Cuando vayas a la guerra con tus enemigos y veas caballos y carros, y un ejército más grande que el tuyo, no les tengas miedo, porque el Señor tu Dios que te sacó de Egipto está contigo.
Pelea la buena batalla confiando en Dios. Aférrate completamente a la vida eterna a la cual fuiste llamado. Esto fue lo que prometiste hacer delante de muchos testigos.
No tengas miedo respecto a las cosas que vas a sufrir. Sí, el diablo llevará a muchos de ustedes a la cárcel, y sufrirán persecución durante diez días. Solo mantente fiel, incluso si esto implica la muerte, y yo te daré la corona de la vida.