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Referencias Cruzadas

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Deuteronomio 2:7

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Recuerden que el Señor su Dios los ha bendecido en todo lo que han hecho. Él los ha cuidado durante su viaje a través de este gran desierto. El Señor su Dios ha estado con ustedes durante estos cuarenta años, y no les ha faltado nada.

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31 Referencias Cruzadas  

Te convertiré en el predecesor de una gran nación y te bendeciré. Te daré una gran reputación y haré que seas una bendición para otros.

“El Señor a bendecido abundantemente a mi señor y ahora es un hombre rico y poderoso. El Señor le ha dado ovejas, Ganado, plata y oro, siervos y siervas, así como camellos y asnos.

Isaac volvió a sembrar ese año, y el Señor lo bendijo con una cosecha que fue cien veces más grande que lo que había sembrado.

“Por favor, quédate”, respondió Labán, “porque he descubierto que el Señor me ha bendecido por tu causa”.

Su maestro se dio cuenta de que el Señor estaba con él y le otorgaba éxito en todo lo que hacía.

Desde que puso a José a cargo y le confió todo lo que tenía, el Señor bendijo la casa de Potifar por causa de José. El Señor bendecía todo lo que tenía, tanto en su casa como en sus campos.

Cuidaste de ellos durante cuarenta años en el desierto. Sus ropas no se desgastaron, no les faltó nada. Ni siquiera se les hincharon los pies.

“Sin embargo, él siempre sabe a dónde voy. Cuando me haya probado, saldré brillante como el oro.

Porque el Señor guarda a los que siguen el camino del bien, pero el camino de los malvados conduce a la muerte.

Ellos vagaron por el árido desierto, sin encontrar una sola ciudad en la que vivir.

Celebraré, feliz en tu amor que nunca falla, porque has visto los problemas que enfrento y has atendido mis luchas.

Que nuestro señor y Dios se complazca con nosotros, bendiciendo cada cosa que hagamos, bendiciendo cada cosa que hagamos.

Los israelitas comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a la tierra en la que se asentarían; comieron maná hasta que llegaron a la frontera de Canaán.

Ve y anuncia al pueblo de Jerusalén que esto es lo que dice el Señor: Recuerdo cuán devoto a mi eras cuando eras joven. Recuerdo cómo me amabas cuando eras mi novia. Recuerdo cómo me seguiste en el desierto, en una tierra donde no se cultiva nada.

Te cuidé en el desierto. Allí la tierra fue como pasto para ellos

Yo fui quien te sacó de la tierra de Egipto y te conduje por el desierto durante cuarenta años, a fin de que pudieras conquistar el país de los amorreos.

El Señor le habló a Moisés en el Tabernáculo de Reunión mientras estaban en el desierto del Sinaí. Esto fue el primer día del segundo mes, dos años después de que los israelitas salieran de Egipto. Le dijo:

Tus hijos vagarán por el desierto durante cuarenta años, sufriendo por su falta de confianza, hasta que todos sus cuerpos estén enterrados en el desierto.

“Así como han explorado el país durante cuarenta días, su castigo por sus pecados será de cuarenta años, un año por cada día, y verán lo que ocurre cuando me opongo a ustedes.

Pero Dios le dijo a Balaam, “No debes volver con ellos. No debes maldecir a este pueblo porque están bendecidos”.

El Señor se enojó con Israel y los hizo vagar por el desierto durante cuarenta años, hasta que murió toda la generación que había hecho el mal ante sus ojos.

Entonces Jesús les preguntó: “Cuando los envié sin dinero, sin bolsa y sin calzado adicional, ¿les faltó algo?” “No, nada”, respondieron ellos.

Mis ovejas reconocen mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen.

Siguiendo las órdenes del Señor nuestro Dios, dejamos Horeb y nos dirigimos hacia la colina de los amorreos, pasando por todo el gran y aterrador desierto que ustedes mismos han experimentado. Cuando llegamos a Cades-barnea,

Y tuvieron que permancer en Cades durante mucho tiempo.

El tiempo que tardamos en viajar desde Cades-barnea hasta que cruzamos el arroyo de Zered fue de treinta y ocho años. Para entonces, toda la generación de guerreros había muerto y ya no formaban parte del campamento, como el Señor les había jurado que sucedería.

Págales con dinero por la comida que comes y el agua que bebes”.

Pero hasta ahora el Señor no les ha dado mentes que entiendan, ni ojos que vean, ni oídos que oigan, diciendo:

Durante cuarenta años los conduje por el desierto, pero sus vestidos y sandalias no se desgastaron.

Durante cuarenta años los israelitas viajaron por el desierto hasta que todos los hombres en edad de luchar cuando salieron de Egipto ya habían muerto, porque no habían hecho lo que el Señor les había dicho que hicieran. Así que el Señor había prometido que no les dejaría ver la tierra que había prometido a sus antepasados que nos daría, una tierra que fluye leche y miel.




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