La parte de los sacerdotes del sacrificio de un toro o una oveja que es traída por el pueblo es la siguiente. A los sacerdotes se les debe dar el hombro, la mandíbula y el interior.
De ahora en adelante, cuando los israelitas levanten las ofrendas de paz al Señor, estas partes pertenecerán a Aarón y a sus hijos para siempre como una parte regular de los israelitas.
“También te pertenecen los regalos voluntarios y las ofrendas de los israelitas. Te he dado esto a ti y a tus hijos e hijas como una regla permanente. Todos los de tu casa que estén ceremonialmente limpios pueden comerlo.
Presenta tus holocaustos, la carne y la sangre, en el altar del Señor tu Dios. La sangre de tus otros sacrificios se derramará junto al altar del Señor tu Dios, pero se te permitirá comer la carne.