Vieron lo que le hizo al ejército egipcio y a sus caballos y carros cuando los arrastró por el Mar Rojo, ahogándolos mientras los perseguían. ¡La historia no ha cambiado!
Cuando los caballos, carros y jinetes del Faraón entraron en el mar, el Señor hizo que el agua se precipitara sobre ellos. Pero los israelitas caminaron por el mar en tierra seca.
Luego dimos la Vuelta y regresamos por el desierto de camino hacia el Mar Roo, tal como el Señor me lo había dicho, y anduvimos por mucho tiempo de un lugar a otro en la región del Monte de Seír.
Por fe en Dios, los israelitas cruzaron en Mar Rojo como si caminaran por tierra seca. Y cuando los egipcios quisieron hacer lo mismo, murieron ahogados.