No había nada en el Arca, aparte de las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en Horeb, donde el Señor había hecho un acuerdo con los israelitas después de salir de la tierra de Egipto.
Dentro del Arca no había nada más que las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en el Monte Sinaí, donde el Señor había hecho un acuerdo con el pueblo de Israel al salir de Egipto.
El Señor le dijo a Moisés: “Corta dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré en ellas de nuevo las mismas palabras que estaban en las primeras tablas, las que tú rompiste.
Dentro de este lugar estaba el altar de oro del incienso, y el “arca del pacto”, cubierta de oro. Dentro del arca se encontraba una taza de oro que contenía maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las inscripciones del pacto sobre piedras.