Apareció una segunda bestia, con aspecto de oso, encorvada de un lado y sujetando con los dientes tres costillas en la boca. Se le dijo: “Levántate y come toda la carne que puedas”.
“Pero después de ti se levantará otro reino que es inferior a tu reino y reemplazará al tuyo. Después de él se levantará un tercer reino que es de bronce y gobernará todo el mundo.
Seré como la madre oso a quien le han robado sus crías, y desgarraré sus entrañas. Yo los devoraré como un león, como una bestia salvaje los destrozaré.
Así que ahora déjame revelarte la verdad. Todavía hay tres reyes que llegarán al poder en Persia, y luego un cuarto que será mucho más rico que todos los demás. Cuando se haga fuerte por su riqueza, reunirá a todo el reino contra Grecia.
Volviéndose, los miró y lanzó una maldición sobre ellos en nombre del Señor. De repente, dos osos hembras salieron del bosque y mutilaron a cuarenta y dos de ellos.
La bestia que vi parecía un leopardo, pero sus pies eran como de un oso, y su boca parecía como de un león. Entonces el dragón le dio su poder, trono y autoridad a la bestia.
La primera era como un león y tenía alas de águila. Mientras miraba, le arrancaron las alas y la pusieron en pie, de modo que estaba de pie con las patas traseras en el suelo, y se le dio la mente de un ser humano.
Después de esto vi una tercera bestia. Parecía un leopardo con cuatro alas como las de un pájaro en su espalda, y tenía cuatro cabezas. Se le dio poder para imponer su dominio.