El Maestro no sólo era un hombre sabio, sino que también enseñaba lo que sabía a los demás. Pensaba en muchos proverbios, los estudiaba y los ordenaba.
Después de su sufrimiento, verá los resultados y quedará satisfecho. A través de su conocimiento, mi siervo que hace lo que es correcto, enderezará a muchos, y cargará con sus pecados.
Ahora bien, si hubieran asistido a mi consejo, habrían entregado mis instrucciones a mi pueblo y lo habrían hecho retroceder de su mala forma de vida, de sus malas acciones.
Algunos de los sabios serán asesinados, para que puedan ser refinados y purificados y limpiados hasta el tiempo del fin, porque el tiempo predicho aún está por venir.
Jesús respondió: “Les digo la verdad: cuando todo sea hecho de nuevo y el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido también se sentarán en tronos, y serán jueces de las doce tribus de Israel.
La iglesia de Antioquía tenía profetas y maestros: Bernabé, Simón (llamado el Negro), Lucio de Cirene, Manaén (amigo de la infancia de Herodes, el tetrarca), y Saulo.
Por medio de la gracia que Dios me dio, yo puse el fundamento como un supervisor calificado en obras de edificación. Ahora alguien más construye sobre ese fundamento. Quien hace la construcción debe vigilar lo que esté haciendo.
Para esta hora, ustedes ya han tenido suficiente tiempo para ser maestros, pero todavía necesitan de alguien que les enseñe los fundamentos, los principios de la palabra de Dios. ¡Es como si necesitaran volver a beber leche en lugar de comida sólida!
Recuerden que esta es la paciencia de nuestro Señor, que nos da oportunidad para la salvación. Eso es lo que nuestro querido hermano Pablo les estaba explicando en todas sus cartas, con la sabiduría que Dios le dio.
Este es el significado de las siete estrellas que viste en mi mano derecha, y los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias.
¡Que todos tus enemigos mueran así, Señor! ¡Pero que los que te aman brillen como el sol en todo su esplendor! La tierra estuvo en paz por cuarenta años.