Cuando todos en Israel se enteraron del veredicto que había dado el rey, sintieron un gran respeto por él, porque reconocieron la sabiduría que Dios le había dado para juzgar correctamente.
Descansará sobre él el Espíritu del Señor, que es Espíritu de sabiduría y de entendimiento, Espíritu de consejo y de poder, Espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
¿A quién acudió el Señor en busca de consejo para ayudarle a entender? ¿Quién le enseñó el bien y el mal? ¿Quién le dio conocimiento y le mostró el camino de la sabiduría?
¡Oh cuán profundas son las riquezas, la sabiduría y el conocimiento de Dios! ¡Cuán increíbles son sus decisiones, y cuán extraordinarios son sus métodos!
A todos les estamos hablando sobre él, instruyéndolos y enseñándoles de la mejor forma que conocemos para poder traer a todos ante Dios con plena madurez en Cristo.
Por eso, desde que oímos de esto, seguimos orando por ustedes, pidiendo a Dios que les de entendimiento de su voluntad para ustedes y para que les conceda todo tipo de sabiduría y entendimiento espiritual.
Dejen que el mensaje de Cristo habite completamente en ustedes. De las maneras más sabias instrúyanse unos a otros por medio de salmos e himnos y cantos espirituales, alabando a Dios con sus corazones.
Si tienes oídos, escucha lo que el Espíritu dice a las iglesias. A los que sean victoriosos les daré del maná escondido. Les daré una piedra blanca con un nombre nuevo escrito en ella, el cual nadie conoce sino solo quienes la reciben.