Apocalipsis 2:23

Versión Biblia Libre

Yo enviaré a muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las motivaciones. Yo recompensaré a cada uno conforme a sus obras.

Referencias Cruzadas

Mateo 16:27

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, junto con sus ángeles. Entonces le dará a cada uno lo que merece conforme a lo que haya hecho.

Salmos 7:9

Por favor, ponle fin a todo el mal hecho por los malvados. Vindica a los que hacen el bien, porque tú eres el Señor de justicia que examina las mentes y los corazones.

Romanos 8:27

Aquél que examina las mentes de todos conoce las motivaciones del Espíritu, porque el Espíritu aboga la causa de Dios en favor de los creyentes.

Hechos 1:24

Luego oraron juntos, diciendo: “Señor, tú conoces los pensamientos de cada uno; por favor, muéstranos a cuál de estos dos tú has elegido

1 Pedro 1:17

Puesto que ustedes le llaman Padre, y reconocen que él juzga a todos de manera imparcial, basado en sus obras, tomen en serio su vida aquí en la tierra, guardando reverencia hacia él.

Jeremías 11:20

Apelo a ti, Señor Todopoderoso, tú que juzgas con justicia y examinas los pensamientos y sentimientos de la gente, déjame ver cómo los castigas, porque he dejado mi caso en tus manos.

Jeremías 17:10

Pero yo, el Señor, veo lo que la gente piensa. Examino sus mentes, para poder recompensarlas según sus actitudes y su forma de comportarse.

Jeremías 20:12

Señor Todopoderoso, tú sabes sin lugar a dudas quién vive bien. Tú examinas los pensamientos y sentimientos de la gente. Así que deja que tu castigo caiga sobre ellos, porque he confiado en ti para que juzgues mi caso.

Salmos 62:12

Tú nos amas con amor fiel. Tú pagas a cada uno conforme a lo que ha hecho.

Salmos 44:21

¿No lo sabría Dios, siendo que él conoce los pensamientos de todos?

2 Crónicas 6:30

entonces tú escucha desde el cielo, el lugar donde vives, y perdona. Dales según su modo de vivir, porque tú sabes cómo son realmente las personas por dentro, y sólo tú conoces el verdadero carácter de las personas.

1 Samuel 16:7

Pero el Señor le dijo a Samuel: “No te fijes en su aspecto exterior ni en su altura porque lo he rechazado. Porque el Señor no mira como los seres humanos. Los seres humanos sólo ven con sus ojos lo que está en el exterior, pero el Señor mira la forma de pensar de las personas en su interior”.

Apocalipsis 20:12

Vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono, y los libros se abrieron. Y se abrió otro libro, el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados conforme a lo que estaba escrito en ellos y lo que habían hecho.

Hebreos 4:13

No hay ser vivo que esté oculto de su vista; todo está expuesto y es visible ante aquél a quien hemos de rendirle cuentas.

2 Corintios 5:10

Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo. Y cada uno de nosotros recibirá lo que merece por lo que hayamos hecho en esta vida, ya sea bueno o malo.

Salmos 26:2

Examíname, Señor, pruébame; investiga mi corazón y mi mente.

1 Crónicas 29:17

Yo sé, Dios mío, que tú miras por dentro y te alegras cuando vivimos bien. Todo lo he dado de buena gana y con un corazón honesto, y ahora he visto a tu pueblo aquí dando felizmente y de buena gana para ti.

1 Crónicas 28:9

“Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre. Sírvele con total dedicación y con una mente dispuesta, porque el Señor examina cada motivación y entiende la intención de cada pensamiento. Si lo buscas, lo encontrarás; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.

Apocalipsis 2:11

Si tienes oídos, oye lo que el Espíritu dice a las iglesias. La segunda muerte no hará daño a los victoriosos.

Apocalipsis 2:7

Si tienen oídos, oigan lo que el Espíritu le dice a las iglesias. A los que sean victoriosos yo les daré el privilegio de comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios.

Romanos 14:12

Así que cada uno de nosotros tendrá que rendir cuenta de sí mismo a Dios.

Juan 21:17

“Cuida de mis ovejas”, le dijo Jesús. “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” le preguntó por tercera vez. Pedro estaba triste de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si él lo amaba. “Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo”, le dijo Pedro. “Cuida de mis ovejas”, dijo Jesús.

Deuteronomio 19:20

Entonces el resto del pueblo oirá y tendrá miedo, y nunca más harán algo tan malo entre ustedes. Entonces todos los demás oirán y tendrán miedo, y no volverán a hacer nada semejante.

Deuteronomio 17:13

Entonces todos los demás se enterarán y tendrán miedo, y no actuarán con desprecio en el futuro.

Deuteronomio 13:11

Entonces todo israelita se enterará de ello y tendrá miedo, y no hará jamás algo tan malo entre ustedes.

Apocalipsis 6:8

Entonces miré y vi un caballo amarillo. El que lo cabalgaba se llamaba Muerte, y lo seguía el Hades. Ellos recibieron autoridad sobre una cuarta parte de la tierra para matar gente a filo de espada, con hambre, plagas y por medio de bestias salvajes.

Deuteronomio 21:21

Entonces todos los hombres de su pueblo lo apedrearán hasta la muerte. Deben eliminar el mal de entre ustedes, y todo israelita se enterará y tendrá miedo.

Gálatas 6:5

Debemos ser responsables de nosotros mismos.

Sofonías 1:11

Los que viven en el Barrio del Mercado se lamentarán porque los mercaderes estarán destruidos, así como los que comercian la plata.

Salmos 139:1

Señor, me has examinado por dentro y por fuera, conoces cada parte de mí.

Lucas 16:15

Pero Jesús les dijo: “Ustedes parecen ser personas piadosas, pero Dios conoce sus corazones. Porque Dios desprecia lo que la gente más aprecia.

Apocalipsis 20:13

El mar entregó a los muertos que estaban en él, y la muerte y el Hades entregaron a los que estaban en ellos, y todos eran juzgados conforme a lo que habían hecho.

Apocalipsis 22:12

“Yo vengo pronto, y traigo mi recompensa para dar a todos conforme a lo que hayan hecho.

1 Crónicas 17:18

“¿Qué más puedo decir yo, David, para que me honres de esta manera? ¡Tú conoces muy bien a tu siervo!

Job 24:23

Los apoya y les da seguridad, pero siempre está vigilando lo que hacen.

Juan 4:16

“Ve y llama a tu esposo, y regresa aquí”, le dijo Jesús.