Pues la palabra de Dios es viva y eficaz, y más afilada que espada de dos filos, que penetra hasta separar la vida y el aliento, así como los tendones y los tuétanos, juzgando los pensamientos y las intenciones de la mente.
De su boca salió una espada afilada para herir las naciones. Él gobernará el mundo con una vara de hierro, y él mismo pisotea el lagar del juicio de Dios, el Todopoderoso.
En cambio, juzgará a los pobres con justicia, y tomará decisiones justas en favor de los desamparados de la tierra. Golpeará la tierra cuando pronuncie el juicio, y ejecutará a los malvados con sólo una palabra de sus labios.
“Escribe esto al ángel de la iglesia de Éfeso: Esto es lo que dice el que sostiene las siete estrellas en su mano derecha, el que camina en medio de los siete candelabros de oro:
Las palabras que me dio para hablar son como una espada afilada. Me ha protegido cubriéndome con su mano. Me puso en su carcaj como una flecha afilada, manteniéndome allí a salvo.