Después de esto escuché lo que sonaba como el ruido de una gran multitud en el cielo, que gritaba: “¡Aleluya! Salvación, gloria y poder describen a nuestro Dios,
Señor, tuyos son la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad, porque todo lo que hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Señor, tuyo es el reino, y eres admirado como gobernante de todo.
Entonces todos en el cielo y en la tierra celebrarán con gritos de alegría lo que le ha sucedido a Babilonia, porque los destructores del norte vendrán a atacarla, declara el Señor.
Entonces el segundo ángel hizo sonar su trompeta, y desde el cielo se oyeron voces gritando, y decían “El reino del mundo se han convertido en el reino de nuestro Señor, y de Cristo, y él reinará por siempre y para siempre”.
Entonces escuché una voz fuerte en el cielo, que decía: “Ahora ha llegado la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo. El Acusador de los creyentes ha sido arrojado, el que los acusa en presencia de Dios día y noche.
Entonces escuché lo que sonaba como el ruido de una gran multitud, como torrentes de agua y un gran trueno, que gritaba: “¡Aleluya! ¡Porque el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso reina!