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Apocalipsis 14:11

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Y el humo de su angustia asciende por siempre y para siempre. Los que adoran a la bestia y reciben la marca de su nombre no tienen descanso ni de día ni de noche”.

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30 Referencias Cruzadas  

Y miró en dirección de Sodoma y Gomorra, así como todo el valle, y vio la tierra ardiendo en llamas, expulsando humo como si fuera un horno.

¡Señor, tu eres Rey por siempre y para siempre! Las naciones desaparecerán de sus tierras.

¡Te glorificaré, mi Dios y Rey! ¡Por siempre y para siempre alabaré quien eres!

¡El Señor reinará por siempre y para siempre!

Los pecadores que viven en Sión tiemblan de miedo; los insensatos están aterrorizados. Preguntan: “¿Quién puede vivir con este fuego que lo consume todo? ¿Quién puede vivir entre este fuego eterno?”

El fuego arderá de día y de noche, y no se apagará nunca; su humo se elevará para siempre. De una generación a otra permanecerá desolada; la gente no volverá a ir allí.

Porque el Señor tiene un día de castigo, un año de retribución, por los problemas causados a Sión.

Pero los malvados son como el mar que se agita, que nunca se queda quieto, agitando el lodo y el fango con sus olas.

El que no se postule inmediatamente y adore será arrojado a un horno de fuego abrasador”.

Haré Milagros en los cielos y en la tierra: sangre y fuego, y columnas de humo.

Vengan a mí todos ustedes que luchan y están cargados. Yo les daré descanso.

“También dirá a los de su izquierda: ‘¡apártense de mi, ustedes malditos, vayan al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles!

Ellos se irán a la condenación eterna, pero los justos entrarán a la vida eterna”.

No encontrarán ningún lugar para descansar entre esas naciones, ningún lugar propio. El Señor los pondrá ansiosos, con la vista fallida y la mente llena de desesperación.

pero respecto al Hijo, dice: “Tu trono, oh Dios, perdura por siempre y para siempre, y la justicia es el cetro de tu reino.

Entonces el segundo ángel hizo sonar su trompeta, y desde el cielo se oyeron voces gritando, y decían “El reino del mundo se han convertido en el reino de nuestro Señor, y de Cristo, y él reinará por siempre y para siempre”.

E impuso la misma autoridad que la bestia, en su nombre, e hizo que la tierra y los que viven en ella adoraran a la primera bestia, cuya herida mortal había sanado.

Y se le permitió infundir aliento de vida en la imagen de la bestia para que pudiera hablar, y daba órdenes de mandar a matar a todo aquél que no le adorara.

Y a nadie se le permitía comprar o vender, excepto a aquellos que tuvieran la marca, que era el nombre de la bestia o el número de su nombre.

Y un tercer ángel le siguió, diciendo a gran voz: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe marca sobre su frente o su mano,

Y mientras veían el humo del fuego que la destruye, gritaban: “¿Qué ciudad podría compararse con esta gran ciudad?”

Los reyes de la tierra que habían cometido adulterio con ella y consintieron sus lujos, llorarán y se lamentarán por ella cuando vean el humo del fuego que la destruye.

Y otra vez gritaron: “¡Aleluya! El humo de su destrucción asciende por siempre y para siempre”.

Entonces el diablo, que los había engañado, fue lanzado en un lago de fuego y azufre, donde habían sido lanzados la bestia y el falso profeta, y sufrirán con agonía día y noche, por siempre y para siempre.

Y no habrá más noche, y no habrá necesidad de luz de una lámpara, o de la luz del sol, porque el Señor Dios les dará la luz. Y reinarán por siempre y para siempre.

“¡Amén!” decían. “La bendición, la gloria, la sabiduría, la gratitud, la honra, el poder y la fuerza sean para Dios por siempre y para siempre. Amén”.




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