Yo fui quien te sacó de la tierra de Egipto y te conduje por el desierto durante cuarenta años, a fin de que pudieras conquistar el país de los amorreos.
Por cuarenta años estuve disgustado con esa generación, y dije, ‘Ellos son personas que me son desleales con sus pensamientos, y se rehúsan a seguir mis caminos’.
Por eso he descendido para rescatarlos de la opresión egipcia y para llevarlos desde ese país a una tierra fértil y amplia, una tierra donde fluye leche y miel, donde actualmente viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.
No se preguntaron: “¿Dónde está el Señor que nos sacó de Egipto, que nos condujo a través del desierto, a través de una tierra de desiertos y barrancos, una tierra de sequía y oscuridad, una tierra que nadie recorre y donde nadie vive?”
¿No son los etíopes tan importantes para mi como lo son ustedes, pueblo de Israel? – pregunta el Señor. Sí, yo saqué a los israelitas de la tierra de Egipto, pero también saqué a los filisteos de Creta, así como a los sirios los saqué de Quir.
difundieron un informe negativo entre los israelitas sobre el país que habían explorado. Le dijeron al pueblo: “El país que exploramos destruye a la gente que vive allí. Además todas las personas que vimos eran muy grandes!
El Señor se enojó con Israel y los hizo vagar por el desierto durante cuarenta años, hasta que murió toda la generación que había hecho el mal ante sus ojos.
“Así que Dios desistió de ellos. Y los dejó adorar las estrellas del cielo. Esto es lo que escribieron los profetas: ‘¿Acaso ustedes los israelitas me dieron ofrendas o hicieron sacrificios para mi durante los cuarenta años en el desierto?
Sus hijos pequeños que afirmaban que se convertirían en prisioneros, sus hijos que en ese momento no distinguían el bien del mal, serán los que entren en la tierra que yo les daré, y la ocuparán.
Recuerden que el Señor su Dios los ha bendecido en todo lo que han hecho. Él los ha cuidado durante su viaje a través de este gran desierto. El Señor su Dios ha estado con ustedes durante estos cuarenta años, y no les ha faltado nada.
“Después te llevé a la tierra de los amorreos que vivían al otro lado del Jordán. Ellos lucharon contra ti, pero te los entregué para que los derrotaras y te apoderaras de su tierra. Yo los destruí delante de ti.