Esas son las cosas que debes recordarle a la gente, diciéndoles ante Dios que no tengan discusiones vanas en cuanto a las palabras. Porque hacer esto solo hace daño a quien escucha.
Señor, tú eres mi fuerza y mi fortaleza, mi lugar seguro en el tiempo de angustia. Vendrán a ti naciones de toda la tierra, y dirán: “¡La religión de nuestros antepasados era una total mentira! Los ídolos que adoraban eran inútiles, no servían para nada.
¿Ha cambiado alguna vez una nación sus dioses? ¡Aunque no sean ni siquiera dioses en absoluto! Sin embargo, mi pueblo ha cambiado a su glorioso Dios por ídolos inútiles.
Sus sacerdotes no preguntaron: “¿Dónde está el Señor?” Sus maestros de la ley ya no creyeron en mí, y sus dirigentes se rebelaron contra mí. Sus profetas profetizaron invocando a Baal y siguieron a ídolos inútiles.
Presten atención a esto declara el Señor, me opongo a los que profetizan sueños ficticios. Los cuentan para llevar a mi pueblo al pecado con sus mentiras descabelladas. Yo no los envié ni les di instrucciones, y no le hacen ningún bien a nadie, declara el Señor.
No hablen más de “la carga del Señor”, porque todos tienen ideas diferentes sobre esta “carga”, pervirtiendo las palabras del Dios vivo, el Señor Todopoderoso, nuestro Dios.
¿De qué sirve un ídolo de madera tallado con manos humanas, o una imagen de metal que enseña mentira? ¿De qué sirve que sus creadores confíen en su propia obra, creando ídolos que no pueden habla?
“¡Estás lleno de engaño y de todo tipo de mal, hijo del diablo, enemigo de todo lo recto! ¿Nunca dejarás de pervertir los caminos verdaderos del Señor?
Hemos oído que algunos de nuestro grupo los han confundido con sus enseñanzas, causándoles problemas. Sin duda alguna nosotros no les dijimos que hicieran esto.
Les digo unas cuantas cosas más: Hermanos y hermanas, les rogamos y los exhortamos en el Señor Jesús para que se comporten de una manera que agrade a Dios, tal como les enseñamos. Desde luego que ya lo hacen, ¡pero sigan haciéndolo cada vez más!
Ahora queremos decirles, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que no se asocien con ningún creyente que no quiera trabajar por su sustento, esos que no siguen las enseñanzas que aprendieron de nosotros.
Ellos no deberían preocuparse por leyendas ni obsesionarse interminablemente en cuanto a linajes. Tales ideas solo conducen a debates sin sentido, y no a una comprensión de Dios mediante la fe en él.
porque aunque el ejercicio físico es útil hasta cierta medida, el ejercicio espiritual es más útil aún. Pues “trae consigo promesa para la vida presente y para la vida venidera”.
No se distraigan con distintas clases de enseñanzas extrañas. Es mejor que la mente esté convencida por gracia y no por leyes en lo que concierne a los alimentos. Los que seguían tales leyes no lograron nada.