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Referencias Cruzadas
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2 Timoteo 2:12

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si persistimos, también reinaremos con él; si lo negamos, él también nos negará.

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29 Referencias Cruzadas  

Porque si tengo mucho dinero, podría abandonarte y decir: “¿Quién es el Señor?” y si soy pobre, podría robar y dañar la reputación de mi Dios.

Pero si alguno me niega públicamente, yo también lo negaré ante mi Padre en el cielo.

“¡Aun si tengo que morir contigo, nunca te negaré!” insistió Pedro. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

Entonces Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: “Antes de que el gallo cante, negarás tres veces que me conoces”. Entonces salió y lloró amargamente.

“Vamos a Jerusalén”, les dijo, “y el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros religiosos. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán en manos de los extranjeros.

Si ustedes sienten vergüenza de reconocerme a mí y lo que yo digo entre este pueblo infiel y pecaminoso, entonces el Hijo del hombre se avergonzará de ustedes cuando venga con la gloria de su Padre, con los santos ángeles”.

Pero aquellos que me niegan, también serán negados ante los ángeles de Dios.

Yo les otorgo autoridad para gobernar, así como mi padre me la dio a mí,

para que puedan sentarse en mi mesa a comer y beber cuando estén en mi reino, y se sienten sobre tronos y juzguen a las doce tribus de Israel”.

Si ustedes se avergüenzan de mí y de mi mensaje, el Hijo del hombre se avergonzará de ustedes cuando venga en su gloria, y en la gloria del Padre, junto a los santos ángeles.

Entonces animaron a los creyentes a mantenerse firmes y a seguir creyendo en Jesús. “Tenemos que pasar por muchas pruebas para entrar al reino de Dios”, decían.

Como resultado del pecado de un hombre, la muerte gobernó por su culpa. Pero la gracia de Dios es mucho más grande y su don nos justifica, porque todo el que lo recibe gobernará en vida a través de la persona de Jesucristo.

Y si somos sus hijos, entonces somos sus herederos. Somos herederos de Dios, y herederos junto con Cristo. Pero si queremos participar de su gloria, debemos participar de sus sufrimientos.

No dejen que sus enemigos los atemoricen. Siendo valientes demostrarán que ellos se perderán, pero también que ustedes serán salvos por el mismo Dios.

Pero los que no cuidan de sus parientes, especialmente de su propia familia, han negado sus creencias, y son peores que los incrédulos.

Pues algunos se han infiltrado entre ustedes. Ya antes se escribió acerca de ellos y fueron condenados, porque son personas malvadas que pervierten la gracia de Dios, convirtiéndola en una licencia para la inmoralidad, mientras que también niegan a nuestro Señor y maestro Jesucristo.

quien nos hizo entrar a su reino, y nos hizo sacerdotes ante su Dios y Padre. A Jesús sea la gloria y la autoridad por siempre y para siempre. Amén.

Yo soy Juan, hermano de ustedes, partícipe en el sufrimiento y en el reino, y en la paciente espera que experimentamos en Jesús. Fui detenido en la isla de Patmos por compartir la palabra de Dios y la verdad tal como fue revelada por Jesús.

Yo sé que vives donde Satanás tiene su trono, y que has permanecido fiel a mí. No has negado tu fe en mí, incluso cuando mi fiel testigo Antipas fue asesinado justo en medio de ustedes, justo allí, donde vive Satanás.

Entonces vi gente sentada en tronos, y se les había dado la responsabilidad de juzgar, y las almas de los que habían sido decapitados por su testimonio acerca de Jesús y por predicar la palabra de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en sus frentes ni en sus manos. Y ellos vivieron y reinaron con Cristo durante mil años.

¡Benditos y santos son los que tienen parte en la primera resurrección! Porque la segunda muerte no tiene poder sobre ellos. Ellos serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él durante mil años.

Y como has perseverado como te lo dije, cuidaré de ti durante el juicio que viene sobre el mundo, cuando todos los habitantes de la tierra serán juzgados.

A los que sean victoriosos los haré sentarse conmigo junto a mi trono, así como yo fui victorioso y me senté junto a mi Padre, que está en su trono.

Yo conozco tus logros. Mira, he abierto para ti una puerta que nadie puede cerrar. Sé que tienes apenas poca fuerza, pero hiciste lo que yo te pedí, y no me negaste.

Los convertiste en un reino y en sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra”.




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