el Espíritu de verdad, que siempre estará con ustedes. El mundo no puede aceptarlo porque ellos no lo buscan y no lo conocen. Pero ustedes lo conocen porque él vive con ustedes y estará en ustedes.
El Espíritu de Dios que levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes. Él, que levantó a Jesús de los muertos, dará vida a sus cuerpos muertos a través de su Espíritu que vive en ustedes.
Porque si ustedes viven bajo el control de su naturaleza pecaminosa, van a morir. Pero si siguen el camino del Espíritu, dando muerte a las cosas malas que hacen, entonces vivirán.
Pero ustedes no siguen su naturaleza pecaminosa sino al Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Porque aquellos que no tienen el Espíritu de Cristo dentro de ellos, no le pertenecen a él.
Por el contrario, cuando se dieron cuenta de que se me había dado la responsabilidad de compartir la buena noticia con los extranjeros, del mismo modo que a Pedro se le había dado la responsabilidad de compartir la buena noticia con los judíos,
y Jesús—también llamado Justo—quienes son los únicos judíos cristianos entre los que trabajan conmigo aquí por el reino de Dios, y son hombres que han sido de gran ayuda para mí.
Esa también es una razón por la cual sufro todas estas cosas, pero no me avergüenzo, porque sé en quién he confiado. Estoy seguro de que él puede cuidar de lo que le he confiado hasta el Día de su regreso.