Los que son ladrones, dejen de robar y trabajen productivamente y con honestidad con sus manos, para que tengan algo que brindar a quienes lo necesitan.
Ahora queremos decirles, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que no se asocien con ningún creyente que no quiera trabajar por su sustento, esos que no siguen las enseñanzas que aprendieron de nosotros.
Además ellas se acostumbran a una vida de pereza, donde simplemente se visitan unas a otras en sus casas. No solo son perezosas, sino que andan en chismes y se entrometen hablando de cosas que no deberían.